♥ Dificultad para conectar con nuestras emociones y nuestra intuición. Así como vincularnos con la vida y nuestro camino en ella.
♥ Dificultad en entender y asimilar las experiencias que vivimos, denominándolas buenas o malas, sin conectar con el mensaje que nos traen, sin enjuiciarlas.
♥ Incapacidad para conectarnos o vincularnos emocionalmente con otras personas. Sensación de soledad e incomunicación con el entorno cercano.
♥ Desconfianza ante la vida perdiendo la capacidad de generar cambios para nuestro propio bienestar, por el contrario, conectamos con el miedo y la resistencia a los cambios.
♥ Inseguridad ante la toma de decisiones, al estar desvinculados de nuestro sentir. Nos encontramos desconectados de qué dirección seguir.
♥ Vivimos inmersos en los juicios hacia nosotros mismos y hacia los demás atrayendo situaciones a nuestra vida que nos bloquean y nos conectan con la dificultad.
“Si el pericardio se cierra, se pasa de un estado de expansión
y alegría a uno de miedo y supervivencia."