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Hoy queremos abordar el tema del trauma, aunque brevemente.
Tendemos a pensar que trauma se refiere a eventos muy serios que nos han ocurrido. En realidad, no hace falta que nos haya pasado algo muy terrible para que haya trauma, y además el trauma se refiere a lo que se ha quedado almacenado en nosotros tras ese suceso, y no el suceso en sí, y que hace que no seamos realmente libres en nuestra toma de decisiones y en nuestra manera de movernos por el mundo.
Se ha estudiado y comprobado, que si no se baja al cuerpo no se puede trabajar el trauma.
Ante situaciones de peligro, elegimos entre tres opciones, luchar, escapar o congelarnos. En general, la mayoría de mamíferos evitamos la confrontación, ya que es un gasto de energía que no nos podemos permitir. No obstante, ante una amenaza, como ya hemos dicho, instintivamente escogemos entre tres opciones. Cuando el defendernos no es posible, porque la situación no nos lo permite, la otra opción es escaparse. Para ello necesitamos una cantidad importante de energía, que nos permita escaparnos de esa situación. Si esa escapatoria tampoco puede darse, la opción que nos queda es congelarnos. Y en ese caso, toda esa energía queda almacenada, de manera que si nos encontramos en una situación similar nos movemos desde ese bloqueo de energía.
Las personas tendemos hacia la homeostasis, de manera que solemos buscar situaciones que nos ayuden a sanar y encontrar el equilibrio. Por tanto, es importante poder darle salida y liberar esa energía que se ha quedado bloqueada y ancla las creencias traumáticas, como, por ejemplo, culpa, indefensión, falta de poder, etc. Si no, seguiremos poniéndonos en situaciones o lugares que nos recuerden a aquello que nos pasó para poder liberar, sanar y recuperar aquello de nosotros mismos que perdimos, y escucharnos sin barreras de por medio.
En las sesiones trabajamos el trauma desde esa conciencia, tanto en terapia hablada como en liberación de pericardio. Trabajamos desde una escucha muy atenta y un sentir afinado del cuerpo y de lo que éste necesita expresar, contactando con la información almacenada a nivel celular y dejando que la esencia de la persona hable y se exprese.
Esta semana compartíamos en un post lo sanador de llorar y soltar lo que nos está pasando. A menudo durante una sesión, la persona experimenta movimientos físicos, espasmos, lágrimas, etc. Se trata de esa energía bloqueada que necesita salir para fluir de manera más armónica con la vida. Ser testigos de esos movimientos que nosotras también hemos experimentado, es una experiencia hermosa y sentida que vivimos con la alegría de compartir y compartirnos.
Si tienes alguna duda, o quieres información no dudes en contactar con nosotras. Así mismo, te invitamos a que eches un vistazo a la web y los recursos gratuitos. Gracias.
“Intentar escapar del dolor, es lo que crea más dolor”
~Gabor Mate