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Los perros ladran, es una de las maneras que tienen para comunicarse. Y cada uno la usa como considera. Hay razas que sólo ladran cuando es estrictamente necesario, otras que necesitan hacerlo más a menudo. Y después cada animal tiene sus propias razones.
En cualquier caso, es una manera de comunicarse, y es importante que lo tengamos en cuenta, en vez de correr a callarles.
A menudo, cuando paseo a Maui, como es un perro bastante grande, me encuentro que los más peques a veces le ladran cuando les pasa por el lado, y sus personas se ponen muy nerviosas. En ocasiones les dan un toque físico, les riñen, les llaman pesados, etc.
Mi primera reacción siempre es, no le hagas callar, si ladra es por alguna razón. Es una expresión de su miedo, su recelo, le está comunicando tal vez a Maui “no quiero que te acerques”. A veces es un reflejo del miedo de su persona, o del miedo que hay en la casa, o de rabia inexpresada, etc. Pero, en cualquier caso, siempre es un paso previo a otra cosa, es una necesidad de expresar que algo está pasando y censurar ese movimiento suyo tan natural, sólo puede llevar a que se sientan sin salida y usen otros métodos más contundentes, o se bloquee la emoción que intenten gestionar.
Entendamos que la educación de cada perro cuenta, y con ello me refiero al tiempo que ha pasado con su madre y las condiciones en las que lo ha hecho. Los animales en general tienden al ahorro energético, y por ello disponen de muchas señales de calma para evitar los conflictos. Si el animal no ha sido educado por su madre, a veces desconoce algunas de esas señales, pero en general ladrar es una manera de decir, no me siento cómodo, aléjate, ésta es mi persona y quiero que te alejes de ella, etc. Hay muchas señales antes de llegar al ladrido, cuando se llega a él por lo general es porque el animal se ve con pocos recursos, o porque cree que tiene que enviar su mensaje con contundencia. Ladrar les permite expresarse y soltar lo que les esté pasando. Cortarles el ladrido es dejarles sin esa opción, es permitir que pase a algo más contundente, como hemos dicho antes, o que sienta que no puede expresarse y tenga más estrés. E cualquier caso, lo que nunca va a pasar es que el perro entienda que ladrar nos molesta, y que es mejor que se exprese de otra manera. Porque no es su lenguaje, y no es su manera, como tampoco lo es la nuestra.
La segunda reacción es preguntarme qué le mueve a esa persona a reaccionar así ante los ladridos. A veces es vergüenza de lo que dirán o pensarán. A menudo me encuentro con que cuando le digo a la persona algo que le haga saber que no nos importa que su perro ladre, o que parece que necesita expresar algo, la persona suspira de alivio, y/o dice, “es que como hay gente a la que le molesta…” Otras dicen, “pues a mí sí”. Con una de las personas con las que trabajamos el tema de la comunicación animal, vimos que, en su caso, ella tenía mucha rabia escondida, sin gestionar, por un lado, y por otro, el animal por sus vivencias anteriores a estar con ella tenía miedos bloqueados que no había podido gestionar.
Hay maneras de ayudarles a relajarse, trabajando con ellos y sus personas, a través de la comunicación, esencias florales, etc. Si te interesa el tema no dudes en contactar con nosotras, estaremos encantadas de atenderte.
“Escucha con curiosidad. Habla con honestidad. Actúa con integridad.
El mayor problema con la comunicación es que no escuchamos para entender.
Escuchamos para contestar”
~Roy T. Bennett