Espacios de encuentro con otras especies

golondrina

 

Hay unas construcciones típicas de la zona dónde vivo que usaban en las cubiertas unas tejas arqueadas que genera un espacio perfecto para que las golondrinas creasen sus nidos hace mucho tiempo. Cada primavera el barrio se llena de ellas. Recuerdan dónde dejaron sus hogares transitorios y vuelven a tener a sus crías en ellos, y cuando paseo a Maui las veo volar incesantemente a la caza de alimento.

El espectáculo es maravilloso, verlas volar a una velocidad sorprendente sabiendo que a la vez están cazando, sin cruzarse entre ellas es una clara muestra de que se mueven desde otro lugar que no es puramente mental. Hay veces que me quedo parada mientras Maui se queda un buen rato concentrado en un olor, e intento seguirlas con la vista, y requiere movimientos rápidos y bruscos. Así que simplemente me limito a sentir su movimiento, y la comunicación pasa por otra vía. Siento alegría y agradecimiento, y celebro cuando las veo de nuevo llegar cada primavera. 

Es por ello tan importante que se respete esos lugares que ellas conocen y a los que llegan dispuestas a repetir sus bailes de apareamiento y cría cíclicos. Son sus hogares también y necesitamos encontrar la manera de convivir y respetarlos.

Hay una fábrica abandonada en Lleida, que cada año se llena de cigüeñas que vuelven a sus nidos. Da igual que la fábrica ya no esté en marcha, las cigüeñas tienen allí su hogar, y cada vez que entro en la ciudad por ese camino me quedo maravillada viendo los nidos en diferentes alturas. Durante una época me quedaba en ocasiones a dormir en una casa que tenía un campanario cerca con un nido. Cada mañana me despertaba el ruido característico de su largo pico, y si me lo dejaba sentir, sentía esa misma alegría y agradecimiento.

La llegada de las aves migratorias nos recuerda la importancia de los conocimientos antiguos, y como se pueden transmitir entre generaciones sin necesidad de registrarlos en ningún lugar físico. Las culturas antiguas se preocupaban de leer y sentir la naturaleza que tenían a su alrededor y transmitírselo a las generaciones más jóvenes. Para ellos eso era sabiduría. 

Caminaba con Maui el otro día y entre los pinos vimos una abubilla. Por el lado contrario, venía una pareja mayor con su perrita, y también estaban mirando la abubilla. Cuando nos encontramos, hablamos de lo bonita que era, y me dijo él que cuando era pequeño veía muchas, y ahora casi no veía. Se lamentaba no sólo de eso, sino del desinterés que tenía la generación más joven por lo que tenía alrededor, por que ya no se subiesen a los árboles ni se preocupasen por saber cómo funcionaba los ciclos ni cómo crecía la comida en la tierra.

Por ello es importante ponerle conciencia, reconocer el valor de ese conocimiento, y de aquellos que trabajan la tierra y cuidan la naturaleza o viven en y con ella, aprender si no sabemos, y transmitir esos conocimientos en la medida de lo posible.

Nuestro trabajo implica acompañar a las personas y a sus animales a mejorar sus relaciones con otras personas y con otras especies, y ello pasa también por incluir otras especies con las que no convivimos con tanta conciencia, pero sí cercanía. No dudes en contactar con nosotras si tienes cualquier duda o quieres más información.
 

“Estrictamente hablando, mi interés no está en los derechos para los animales,

sino en un cambio de corazón hacia los animales”

                 ~J.M. Coetzee