Egotismo y humanidad

egotismo

 

En terapia, cuando se empieza el trabajo de crecimiento personal, a veces se da una etapa que se llama egotista, dónde la persona que ha estado siempre haciendo y deshaciendo por lo que sienten o piensan los demás, empieza a abrirse a sus propios deseos y necesidades y al escucharse pone límites, y hace las cosas para sí mismo, sin dejarse llevar por el otro.

Es una etapa necesaria, en particular para ciertos caracteres con tendencia a confluir con el otro. Después de años y años en que se ha movido con el fin de ser visto, ser amado, no ser rechazado o humillado, surge una necesidad de expresarse y de mirar por si mismx. Y está bien.

No obstante, es una etapa que necesita tener un fin, tiene que llegar un equilibrio donde entendamos que vivimos en sociedad, porque somos seres sociales, tribales, y por tanto la empatía, la negociación y el equilibrio son vitales para una convivencia pacífica. Hace 70 años al detectar la alta mortandad en orfanatos, se hizo un estudio que demostró que, aunque se diese a los bebés todo lo necesario para que pudiesen subsistir a nivel físico, si no reciben amor, ni cariño, corren peligro de morir, o de desarrollar enfermedades. 

También están los caracteres directos, que no tienen dificultades en poner límites, y se suben al carro de escucharse sus necesidades. A menudo vemos en ciertos círculos de crecimiento personal, que se usan sin conciencia ni cuidado ni responsabilidad, frases como, “eso es tuyo” o “si me escucho…” o “sólo estoy siendo honesto con mi verdad”. 

Recuerdo a mi tutor en la formación Gestalt decirnos a menudo que el ser honesto con mi verdad, no implica que pueda decir lo que quiera, donde quiera y como quiera, hay que cuidar las maneras, el espacio y el momento. Y también entender que, aunque sea “tuyo”, también siempre habrá algo “mío”.

Hoy en día a los niños se les provee de todo tipo de bienes materiales, y tienen acceso a mucha información, que en muchas ocasiones está direccionada a generar mayor individualismo y desconexión de lo natural, de lo común. El bullying se viraliza también, y escuchamos a muchos adolescentes hablar de desesperanza ante un mundo que se acaba inexorablemente, y con esa excusa ilusionarse sólo ante lo material. Pensamos que les protegemos y les cuidamos si les damos bienes materiales o como mucho las herramientas para conseguirlos, sin tener en cuenta que es tan o más valioso enseñarles a amar a los otros seres con quienes conviven en el planeta, a entender el valor de la comunidad y la importancia de la negociación, de la escucha propia y la del otro, de ver la belleza en el humano y sus capacidades cuando consigue aunar sus fuerzas como grupo, para generar un mayor bien no sólo en su especie sino en su planeta. Es tan importante como enseñarles a comer, enseñarles la belleza de este mundo, y como esa belleza a veces también nos alimenta, porque nos vuelve más humanos y desde allí conseguimos mayor bienestar.

Escucho mucho últimamente hablar sobre la amenaza de la IA y como la diferencia entre las máquinas y los humanos reside en la creatividad, y por tanto es importante enseñarles a nuestros hijos creatividad para que puedan tener trabajos en un mundo maquinizado. Pero la creatividad no se enseña, se desarrolla. Eso, por un lado. Y por otro, la empatía es la mayor diferencia. Es lo que hará que un humano pare la máquina si hay un ser vivo en peligro, aunque la producción sea mayor, o lo que hace que nos emocionemos con los logros de otros. No sólo sobrevivirán nuestros menores si consiguen un trabajo, sino también si consiguen entender el valor de ser humano y la importancia de seguir viviendo en la tierra como tal.

Si alguna de estas palabras te resuenan como tuya y quieres ir más allá, te invitamos a visitar nuestras herramientas gratuitas o darte una vuelta por nuestros servicios. 

 

“Antes de saber acerca de la humanidad, tú tienes que ser humano”
~Placido Nicolás (Documental Humano de Alan Stivelman)